El reconocimiento social de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres es un hecho muy reciente que todavía no ha dado todos sus frutos. A lo largo del siglo pasado las mujeres mantuvieron una dura y dificultosa batalla para que la sociedad reconociera sus derechos como personas. Esa larga lucha ha continuado y continúa en el presente siglo. Afortunadamente, hoy los países más desarrollados han establecido en sus normas de convivencia principios de no discriminación por razones de sexo.
Pero a pesar de que las leyes garantizan, o pretenden garantizar, la igualdad entre sexos, la realidad social y cotidiana es muy diferente. Lo cierto es que el hecho de nacer hombre o mujer todavía determina y condiciona la asunción de roles muy diferenciados socialmente; roles que, en definitiva, van pautando las formas de vida de las personas en función de unas diferencias de género de origen ideológico y cultural, y, por tanto, con altos niveles de arbitrariedad.
Se distinguen cinco discriminaciones sexistas en el curriculum oculto de la escuela mixta:
- La posición de las mujeres como profesionales de la enseñanza
- El androcentrismo de la ciencia
- El androcentrismo del lenguaje
- Contenidos sexistas en los libros de texto
- Sexismo en la interacción escolar
¿Qué podemos hacer como futuros docentes?
- Crear y difundir nuevos materiales escolares en los que aparezcan más aportes de las mujeres a la vida social y cultural
- Revisar los textos científicos y modificar la visión androcéntrica.
- Valorar la orientación profesional y/o humana.
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